Noche de fin de año: Crítica

Es de suponer que en la industria de Hollywood hay ciertas cosas que se hacen y punto. Una de ellas parece ser que cuando un director como Garry Marshall te llama y te dice que va a rodar una película de historias cruzadas, ambientada en una navideña Nueva York durante la última noche del año, con un buen puñado de canciones conocidas y un plantel de actores a cada cual más admirado y adorado por el gran público, debe ser difícil decir que no. No tiene que costar mucho, puesto que con rodar un par de escenas y aprenderte unas pocas líneas de guión tu trabajo estará hecho y el éxito en taquilla probablemente más que asegurado.




Y esto es más o menos lo que Noche de Fin de Año nos brinda, un sinfín de caras conocidas protagonizando varias historias paralelas tan superficiales que de algunos personajes llegas hasta a olvidarte, aunque para ser sinceros casi mejor, porque poco nos pueden ofrecer y los múltiples relatos rozan el tedio en diversas ocasiones. Y el problema no es que sean historias cortas en las que no te dé tiempo a profundizar o que estén mil y una veces vistas y cumplan todos los clichés del género, sino que a todo el conjunto le falta chispa, frescura, romance, es decir, todo de lo que esta cinta parece presumir y así, acaba por convertirse en una postal navideña sin la más mínima personalidad. Porque el guión es flojo y simple, y lo que es peor, muchas escenas (y actuaciones) quedan falsas(destacando por encima de todas el último reencuentro) y al final todo parece un gran decorado sin alma. No funciona el humor, que es sumamente insípido, ni la música, ni los personajes, ni tanto cruce de historias de las que quizás se salve algo la protagonizada por Halle Berry o la de Michelle Pheiffer y Zac Efron, pero ni tan siquiera estas llegan a convencer del todo.



El personaje de Robert DeNiro sirve simplemente para provocar la lágrima fácil y en el caso de Bon Jovi , protagoniza una historia de segundas oportunidades junto aKatherine Heigl de lo más simplona y, desgraciadamente, sus números musicales tampoco contribuyen a cogerle cariño al personaje. En el caso de Sofía Vergara se cumple aquello de: cuándo algo funciona ¿para qué cambiarlo? Y así, el director ha decidido sacarla directamente de Modern Family y meterla en la cocina de Katherine Heigl, porque los fans de la actriz se encontrarán aquí a Gloria, personaje al que da vida en dicha serie, con expresiones y diálogos clavados, pero que al menos puede sentirse orgullosa de ser la única de todo el reparto que logrará arrancar alguna risa a los espectadores. Hay más de una docena de personajes en esta película y sería eternizarnos analizarlos uno a uno, pero lo que sí tienen en común es que no son capaces de hacernos sentir nada hacia ellos ni de provocar un interés real hacia sus historias, no hay tiempo para conocerlos y cuando el drama entra en acción, el sentimiento esperado no aflora en el espectador y algunos momentos adquieren un nivel de cursilería que cuesta tolerar.


Por tanto, Noche de Fin de Año es una obra pensada para arrasar en taquilla y su principal problema es que se le nota demasiado. Y al final, no ofrece nada más que un montón de caras conocidas protagonizando unas historias hechas por encargo, donde lo único destacable es una ciudad de Nueva York brillante, colorida y chispeante, pero que no es capaz transmitirnos esa sensación de esperanza, deseos por cumplir y nuevas oportunidades que mucha gente siente durante la última noche del año, ni de hacernos reír, llorar y emocionarnos como nos habría gustado. Y quizás esto sea debido a que para lograr algo así hace falta impregnar tu historia con lo más importante… Corazón.


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