Crítica: La Dama de Hierro

La oscarizada actriz parece decidida a ganarse el favor de los académicos por tercera vez. Está por si ve Meryl Streep conseguirá la preciada estatuilla, pero todo el film parece enfocado a dar a la intérprete estadounidense la oportunidad de lucirse, y sin lugar a dudas, lo hace. Streep brilla con luz propia en una interpretación rica y llena de matices, tanto cuando interpreta a la Margaret Tatcher dura y firme de su época de Primera Ministra, como cuando baja de los podios para encanar a la anciana que lucha contra el inexorable paso de la demencia senil. También hay un pequeño espacio en el film para un Jim Broadbent, que da vida a su marido, convirtiéndolo al hombre que siempre estuvo a la sombra de la líder política en un entrañable y bienintencionado personaje.



Dejando a Broadbent a parte, en la Dama de hierro todo gira en torno a Meryl Streep. Con ello no pretendo decir que la película no tenga más alicientes. La vida de Thatcher da mucho de sí, es una figura controvertida donde las hayas, que dirigió Gran Bretaña en una época convulsa. El film parece ponerse del lado de los partidarios del thacherismo ya que ensalza a la que fue Primera Ministra. A pesar de ello, también se muestran algunos rasgos negativos de la conversadora. En la parte final del film podemos ver a una Thatcher poco dialogante, de difícil trato y cerrada de miras. Pero se ha de admitir que La Dama de Hierro se centra excesivamente en las luces de la líder británica y suaviza sus sombras.


El film hace un repaso a la vida de Margaret Thatcher partiendo de una dama de Hierro anciana y que está perdiendo el juicio a la que asaltan los fantasmas del pasado. De este modo se salta en el tiempo para poder tratar muchos de los acontecimientos que marcaron la vida de la política. La parte positiva es que esta estructura permite al film tener un buen ritmo, ser variado y abarca muchos episodios de la vida de Thatcher. La parte negativa es que no se le dedica mucho tiempo a algunos momentos claves de la historia y que no hay espacio para la reflexión. Se convierte así en algo más parecido a un escaparate que en un análisis real de la figura de la primera mujer que llegó a lo más alto de las esferas políticas británicas.
Podemos decir, pues, que La Dama de Hierro encontramos a una más que excelente Meryl Streep al servicio del ensalzamiento de la figura de Margaret Thatcher. Una película con un ritmo rápido y constante que no solemos ver en biopic pero que, quizás por eso mismo, pierde algo de profundidad en pos de una visión más subjetiva y emotiva.

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